Yo vivo en una ciudad donde la gente aun usa gomina, donde la gente se va a la oficina sin un minuto de mas. Yo vivo en una ciudad donde la prisa del diario trajin parece un film de Carlitos Chaplin, aunque sin comicidad. Yo vivo en una ciudad que tiene un puerto en la puerta y una expresion boquiabierta para lo que es novedad. Y sin embargo yo quiero a ese pueblo, tan distanciado entre si, tan solo, aunque no soy mas que alguno de ellos: sin la gomina, sin la oficina, con ganas de renovar. Yo adoro a mi ciudad aunque su gente no me corresponda, cuando condena mi aspecto y mis ondas con un insulto al pasar. Yo adoro a mi ciudad cuando las chicas con sus minifaldas parecen darle la magica espalda a la inhibicion popular. Yo adoro a mi ciudad aunque me acuse de loca y de mersa, aunque guadañen tu pelo a la fuerza en un coiffeur seccional. Y sin embargo yo quiero a ese pueblo porque me incita la rebelion y porque me da infinitos deseos de contestarles y de cantarles mi novedad.
Miguel Cantilo.