Corazón, no me des más consejos que los que te pido. Yo, mal que mal, acá estoy: con las suelas bien cerca del piso. Vos sabés, es difícil cuando llueve sólo en tu ventana y la melancolía, desgraciada, nos envuelve en su abrigo de escarcha. Son estos días sin vos trompadas al amanecer, malos poemas, presentimientos y lágrimas de cabernet. Son estos días sin vos cuchillos en la oscuridad, discos rayados de Sinatra, certezas que no saben más. Corazón, ¿y ahora qué? Un perfume de besos antiguos me sale a buscar ¿cómo vuelvo del país de los sueños cansados? Ya no sé más qué hacer, esta casa quedó tan vacía que da escalofríos caminarla y no nos queda vino ni esperanzas...Son estos días sin vos una patada muy cruel, tibios recuerdos, seis Jack Daniels y adioses que pierden el tren. Son estos días sin vos trompadas al amanecer, canciones rotas, remordimientos y lágrimas de cabernet, adioses que pierden el tren y lágrimas de cabernet.
-Gracias Ivan, por hablar por mi-