11 mayo, 2009



Los restos de un día de lluvia,
lo que queda sin mojar y los recuerdos, que inundados se van.
Ya no quiero ver más allá, sino lo que más importa.
Mientras otros piden muchas cosas, yo solo pido que un día así me abraces.
Miro por la ventana y no veo a nadie.
La cama sin tender, ropa tirada y los mates lavados.
Las ilusiones ya se fueron sin dejar rastro.
Música tapando los problemas, mientras mi mente vuela
reaparecen las maldades del pasado, sin permiso me invaden
y se llevan lo mejor de mi.
¿Dónde quedó esa mina que disfrutaba la vida?
Se fue olvidando lo que nunca ha sido,
pero que cada vez que mira su otro costado de la cama lo recuerda deprimida.
Se mira los ojos rojos de tanto llorar y no entiende como pasó todo,
intenta recuperar la memoria pero solo empeora
tratando de comprender que nunca fue porque no quiso,
porque nunca dejó su orgullo al costado como tenía que ser.
Ropa tirada señal de cansancio,
cama deshecha refleja la bronca,
los mates intomables: lo imposible que es que vuelvan a ser ricos sino le cambias la yerba.
Como conseguir algo intentando cambiar a los demás
y no mirandote primero a vos misma.
Todo lo que un día gris puede hacer reflexionar se ve
en la necesidad de cambiar de aire,
después de tanto verano junto,
y volver fresca con la mente liberada.


Grosso, M.

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