13 abril, 2009

Si su mirada fueran dos pistolas yo no contaría el cuento, es que ella hace sangrar a los espejos. Te estoy hablando de la más princesa de todas. Si la cruzás... tu cuello vale una limosna porque vas a quedarte sin hígado y sin dignidad, va a masticarse tus secretos, vas a ser la viuda de tus sueños y ella va a decirte:
“Puedo mostrarte mi vida, pero no la mires mucho…no es que no tenga corazón, es que hace rato no lo uso…”
“Puedo subirte a mi viaje, pero no te quedes mucho…no es que no use el corazón, es que hace rato no lo escucho…”
Desde que cuelga en casa sus vestidos mis noches no tienen cura. Me habla en otro idioma su hermosura…voy a ser claro: es el bendito infierno en persona. Si la besás, prendéle velas a tu sombra… porque todos los trenes del mundo te van a llevar hasta la puerta de sus labios, como liebres pasarán los años y ella no va a abrirte…
“Puedo meterte en mi cama, pero no te abrigues mucho… no es que no tenga corazón, es que hace rato no lo uso…”
“Puedo subirte a mi viaje, pero no te quedes mucho…no es que no use el corazón, es que hace rato no lo escucho…”
“Puedo quererte el domingo, pero no me creas mucho... no es que no tenga corazón, es que hace rato no lo escucho”
“Puedo subirte a mi viaje, pero no te quedes mucho…no es que no use el corazón, es que hace siglos no lo lustro…”

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